Trilogía del escritorio
Por: Joel Feliciano
© 2005
Primera parte
Y cuando el papel en blanco se levantó y flexionó sus esquinas superiores con pose de karateca, el escritor supo que no escribiría ni siquiera una palabra hoy.
Segunda parte
Y cuando el escritor blandió su bolígrafo de tinta china como una espada de esgrima contra el papel, el papel se arqueó por el medio y con un zarpazo le tumbó el arma; el escritor supo que no escribiría ni una palabra más.
Tercera parte
Y cuando la cara del escritor ardía con heridas rasgadas por las sus filosas esquinas del papel, el escritor supo que las siguientes palabras de su vida estarán escritas en su epitafio.
Por: Joel Feliciano
© 2005
Primera parte
Y cuando el papel en blanco se levantó y flexionó sus esquinas superiores con pose de karateca, el escritor supo que no escribiría ni siquiera una palabra hoy.
Segunda parte
Y cuando el escritor blandió su bolígrafo de tinta china como una espada de esgrima contra el papel, el papel se arqueó por el medio y con un zarpazo le tumbó el arma; el escritor supo que no escribiría ni una palabra más.
Tercera parte
Y cuando la cara del escritor ardía con heridas rasgadas por las sus filosas esquinas del papel, el escritor supo que las siguientes palabras de su vida estarán escritas en su epitafio.
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