He ido a unos cuantos blogs, (entre ellos el de Manny) en el que han rememorado recuerdos (claro, si rememoran pues son recuerdos). Les contaré de unos nenes en una escuela que fui que me conmovieron.
Se dice que los niños son las personas más crueles. Y, en cierto modo es verdad, pero hay que mirarlo desde el punto de vista de que: los niños dicen lo ven y lo que sienten y punto.
En mi segundo año de universidad tenía que hacer un trabajo para una clase de guiones. Era escribir un documental para radio, el que consiste en encontrar un tema, encontrar información sobre ese tema y organizarla, unirlo todo de forma artística, entrentenida y chévere, y lo peor para mi: hacer entrevistas, y no sólo hacerlas, también grabarlas.
Pues no tenía opción. Así que, para hacerme la vida menos difícil, hice el proyecto sobre "el efecto o la impresión de la caída de las torres gemelas en niños de 9-12", porque las torres se habían caido el año anterior o dos meses antes, no me acuerdo, la cosa es que había sido reciente. Pues fui a la escuela a hacer el trabajo y entrevistar a cada nene y nena. Fui a la escuela elemental que me vio crecer, una en Bayamón, y un montón de recuerdos vinieron a mi mente, podrán imaginar. Que si los que se besaban detrás del comedor, que si las peleas de gallitos, que si los juegos de volleyball, los de tiritápate, el pasamanos solitario, la glorieta, el árbol con los animalitos esos que parecían espinas, el barranco que había detrás del patio que llegaba a un río en el cual, supuestamente, se vio la virgen maría unas cuántas veces y a jesús... Todas esas cosas.
Pues, no fueron difíciles las entrevistas, todos los nenes querían ser escuchados, que les dieran atención.
Al medio día, justo después que sonó el timbre, cuando ya casi todos los estudiantes estaban subiendo las escaleras hacia sus salones, me senté en un escalón súper alto que delimitaba el pasillo frente al comedor y la tierra del patio, era simplemente el borde del pasillo que quedaba como a tres pies de alto de la tierra. Pues me senté ahí, mientras se vaciaba el patio. Arriba de mi estaba el pasillo de los salones que era también un pasillo/balcón porque daba hacia el patio. Pues yo estaba sentado en el sócalo aquel recordando la pelea que tuve, la sangre que salía de la nariz de una amiga una vez, el brazo roto de otro... cuando dos nenes de los que había entrevistado me dicen desde arriba:
-Míster, qué hace solo ahí sentao, véngase pa acá arriba.
Se dice que los niños son las personas más crueles. Y, en cierto modo es verdad, pero hay que mirarlo desde el punto de vista de que: los niños dicen lo ven y lo que sienten y punto.
En mi segundo año de universidad tenía que hacer un trabajo para una clase de guiones. Era escribir un documental para radio, el que consiste en encontrar un tema, encontrar información sobre ese tema y organizarla, unirlo todo de forma artística, entrentenida y chévere, y lo peor para mi: hacer entrevistas, y no sólo hacerlas, también grabarlas.
Pues no tenía opción. Así que, para hacerme la vida menos difícil, hice el proyecto sobre "el efecto o la impresión de la caída de las torres gemelas en niños de 9-12", porque las torres se habían caido el año anterior o dos meses antes, no me acuerdo, la cosa es que había sido reciente. Pues fui a la escuela a hacer el trabajo y entrevistar a cada nene y nena. Fui a la escuela elemental que me vio crecer, una en Bayamón, y un montón de recuerdos vinieron a mi mente, podrán imaginar. Que si los que se besaban detrás del comedor, que si las peleas de gallitos, que si los juegos de volleyball, los de tiritápate, el pasamanos solitario, la glorieta, el árbol con los animalitos esos que parecían espinas, el barranco que había detrás del patio que llegaba a un río en el cual, supuestamente, se vio la virgen maría unas cuántas veces y a jesús... Todas esas cosas.
Pues, no fueron difíciles las entrevistas, todos los nenes querían ser escuchados, que les dieran atención.
Al medio día, justo después que sonó el timbre, cuando ya casi todos los estudiantes estaban subiendo las escaleras hacia sus salones, me senté en un escalón súper alto que delimitaba el pasillo frente al comedor y la tierra del patio, era simplemente el borde del pasillo que quedaba como a tres pies de alto de la tierra. Pues me senté ahí, mientras se vaciaba el patio. Arriba de mi estaba el pasillo de los salones que era también un pasillo/balcón porque daba hacia el patio. Pues yo estaba sentado en el sócalo aquel recordando la pelea que tuve, la sangre que salía de la nariz de una amiga una vez, el brazo roto de otro... cuando dos nenes de los que había entrevistado me dicen desde arriba:
-Míster, qué hace solo ahí sentao, véngase pa acá arriba.
6 comments:
'ditoooo...
oye, ya, vete a mi blog y ejerce tu derecho al voto, que no puedo votar por tí...
Las peleas de elemental wow me acuerdo que llegaba a casa todo lleno de tierra con la camisa rota, los pantalones raspados y unos cuantos moretones ajAJjajAJj después de un día de pelea normal :) hace tiempo no voy a la elemental que me vio crecer, vi a una de mis maestras de español en pueblo (cuando trabajaba en el dichoso lugar) y no sabia muy bien si era ella hasta que le dijo al nieto: "tu siempre tiras la piedra y escondes la mano" y ahí me acorde de ella... JAjaJAJJAa la frese clásica que me decía todos los días lol. Debería ir a saludar, pero sé que muchos maestros ya se han ido...
el resto de la historia! :o)
es bonito recordar verdad!... yo extrano esos dias en la escuela.. un dia me cai en un bache de fango.. jaja..
¡qué ternura!
ay q lindo, hoy mismo estaba hablando con mi mejor amiga de la high recordando esos momentos que nunca volveran =(
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