Friday, October 06, 2006

El choque de los liberales y los conservadores

Una historia se desarrolla en el restaurante. En la mesa número uno (un booth pegado a la pared) hay una mujer que viene casi todos los días a comer con su hijita de dos añitos, que es bastante inquieta, pero cuando se tiene que comportar se comporta. En la mesa número dos (el booth justo al lado del primero) hay una pareja, un hombre y una mujer, ellos deben ser como diez años mayores que la mujer de la mesa uno; la pareja tiene una hija, quien tiene tres años (¿cómo sé las edades? ya mismo digo).

Resulta que la nena de la mesa uno (llamémosla Mari) se hace amiga de la nena de la mesa dos (llamémosla Dina), y se hacen amigas porque el espaldar del booth 1, es el espaldar del booth 2 y una cosa lleva a la otra, las nenas se ven y hay una reacción química en sus cerebros que las hace hablarse sin pena ni vergüenza alguna y pues el resto es historia. Las nenas son amigas de toda la vida por los minutos que pasen juntas allí. Pues resulta que las dos se ponen a brincar en sus respectivos asientos. Mientras que la mamá de Mari sigue comiendo apaciblemente al otro lado de la mesa 1, la mamá de Dina (quien está a su lado) empieza a perder la paciencia. La mamá de Mari se chupa los dedos (por unos melones dulcísimos que habían ese día en el restaurante) con su espalda erguida y su porte, a pesar de sus vestiduras tan casuales y playeras. Mientras que la mamá de Dina le empezaba a decir a Dina que se sentara, que aquel sitio no era para estar brincando. Mientras Dina lloraba porque su madre (la eterna conservadora) la aguantaba en el asiento, la otra nena, Mari, miraba por encima del booth.

En un momento Mari le dice a Dina que se venga a jugar. La mamá le dice a Dina que no, que están comiendo. Entonces Mari se pone triste y va a donde su mamá casi llorando porque Dina no quiere jugar. La mamá de Mari le dice que Dina no puede jugar, que ella está comiendo. Pero Mari no se va a dar por vencida y empieza a brincar otra vez en el asiento.

(interrupción para explicar cómo sé las edades de las nenas, pues resulta, que justo cuando las nenas se conocen, como parte de ese "get together" la mamá de Mari le pregunta con mucha alegría y candidez el nombre a la nena extraña, y se la presenta a su hija Mari, y le pregunta que cuántos años tiene, y Dina dice que 3, mientras que Mari contesta que dos y medio, y así, por otro lado, la mamá de Dina ni miró pa trás).

Pues la mamá de Dina se impacienta y regaña a su hija con mucha firmeza y un pampam duro. Hasta se levantó y le dijo a su esposo que se fueran a otra mesa (y yo en mi mente, ridícula). Cuando la mamá de Mari se va con Mari a buscar más comida del buffet, la mamá de Dina se cambió de asiento con su esposo para que las dos nenas no estuvieran cerca más. Y con esta acción el caso se resolvió. Pero podrán imaginar la tensión que hubo en todo momento.

¿Qué hubiese pasado si la señora esa le hubiese llamado la atención a la pequeña Mari? ¿La mamá de Mari hubiese dicho algo? (La verdad no creo, con lo liberal que era, seguro que no le hubiese importado que regañaran a su hija para que aprendiera una lección; por el contrario si los papeles estuviesen al revéz, la otra señora seguro que se ponía a pelear y a decir que ella no tiene que ponerse a regañar a su hija... pero esa es mi persepción).

Después de eso llegó otro nene al restaurante, a quien Mari conocía y se fue a jugar con él, olvidando por completo a Dina, quien comía aprisionada por su madre con pelo canoso. El claro choque de conservadores contra liberales. Uy.

4 comments:

La Caribeña said...

JAJAJAJAJJAJAJA!!!
Bueno, confieso que los nenes que joden mucho y gritan en los restaurantes me dan dolor de cabeza y me ponen de mal humor. Creo que es mejor buscar un balance entre ser tan "me importa 3-k" y un carcelero.

Kahlúa Macarena said...

comparto tus sentimientos, caribeña.

saludos, joel. :o)

J O E L said...

aunqueee las nenas no estaban gritando. solamente brincaban en los asientos... o sea, que no estaban molestando (por lo menos a mi no me molestaban, y yo estaba en la mesa de enfrente... yo solamente miraba)

theblogmachine said...

Eso es como ver TV en el restaurante jajaajaaja pero que mal, eso que acabas de describir lo he visto mucho.