Saturday, May 19, 2007

Guiar es un ejercicio diario de confianza

Qué problema. No me gusta guiar. Tengo que confiar ciegamente en cientos de personas que no conosco. Confiar en que sepan guiar bien. Confiar en que no se van a poner guapos. Confiar en que tengan temple. Confiar en que no sean gente con malas intensiones y me hagan cortes de pastelillos cabrones y de malintencionados. Confiar en que no se hayan ido a beber y tengan una surra mental y no estén zarandeando en la carretera. Confiar en que no sean ciegos. Confiar en que no tengan niños gritando y jugando en la parte de atrás del carro. Confiar en que no sean unos despistados. Confiar en que no estén hablando o, peor, discutiendo por el maldito celular. Finalmente, confiar en que no les hayan regalado la licencia, y, obviamente, confiar en que sepan lo que están haciendo. Confiar confiar confiar, sealamadre. Con lo desconfiado que soy. Grr.

3 comments:

ARD said...

Wow, cuán cierto lo que dices!! Y ahora que tengo hijos, salgo todos los días paranoica en el carro, todo este miedo se acentúa.

Anonymous said...

Odio guiar. Saqué mi licencia a los 21 años porque no tuve otro remedio. En cada esquina uno se topa con los boricuas bestiales.

J O E L said...

ay, lo que no me gusta no es tanto el hecho de que tenga que guiar, sino el hecho de que tenga que guiar alrededor de tantos otros... Por eso prefiero/preferiría andar por ahí a las tres de la mañana... todo liso woooo